Cuando nos enfrentamos a poner en marcha un negocio o incluso a reestructurar el que ya tienes todo son dificultades, dudas e interrogantes, aunque el éxito de tus elecciones dependerá de la orientación que quieras dar a tu negocio, por qué camino quieres avanzar y con qué actitud lo enfrentarás.
Elección
Así que básicamente, todo es cuestión de elección: elegir la pastilla azul o la roja.
Elije la pastilla roja, si quieres hacer lo mismo de siempre porque hasta ahora te ha ido bien o porque a otros que conoces les va bien –o eso crees-, entonces querrás vender el producto que tú quieres vender, a los clientes que tú quieres vender, en el lugar que tú quieres vender y en el momento que tú quieras que te compren.
Los clientes te preguntarán si no tienes la última novedad en el mercado y tú les responderás que aún no, porque no tienes suficientes personas interesadas en ella, que necesitas más clientes como él y que «si eso yo te aviso más adelante».
Abrirás todos los días en tu negocio esperando que alguien haya visto lo último que has incorporado a tu tienda, y te quejarás «por qué estos cabrones del internet me están robando clientes», te cabrearás cuando un cliente se queje de un mal servicio que ha percibido al comprarte, del que tú no tienes la culpa y no podrás controlar sus comentarios porque sencillamente desconoces dónde los están haciendo.
Esperaras a tu “angel client” por el mero hecho de que tú eres un «tio serio», trabajador incansable, y muy bueno en lo que haces, olvidando que otros también lo son. Podrás tener éxito en la medida que tus clientes encajen con lo que tú quieres venderles, pero y si esa coincidencia no se da, tratar de vender tu producto o servicio a quien no se siente es terriblemente difícil, es como si decides montar una tienda de sombrillas de playa en Moscú, lo vas a tener jodidamente difícil.
Pero, ¿y si decides ofrecer aquello que tu audiencia necesita?, en el momento que más lo necesita, del modo que más le gusta consumirlo, en el lugar que lo necesitan y con las facilidades del momento… seguramente no tendrás que preocuparte de tu competencia.
Si decides elegir y segmentar a tus clientes por sus deseos y necesidades, por aquello que les aporta valor y les hace sentir felices, y no hacerlo por el tarjet o tipo de cliente al que te quieres dirigir, tampoco tendrás que temer por el precio de tus servicios o productos.
¿Y si apuestas decididamente por atender a sus pasiones, gustos y sentimientos?
Cuando decides dar un paso adelante para reclamar la atención de tu audiencia -o lo que antes veíamos de una forma más estática como “público objetivo”- no necesitarás ir en busca de ella, porque serán tus clientes los que querrán encontrarte a ti.
¿Y si decides olvidarte de tu competencia y centrarte en tu audiencia?. ¿Y si tomas el camino de observar antes de actuar, de estudiar como se comportan, de escucharlos?
Si eligieses ir a vender donde está tu audiencia y no donde tú quieres, si decidieses ser cambiante e innovador, si observas las tendencias de gustos del tu mercadoy además los adaptas a las tendencias tecnológicas que se están demandando, si mides y analizas antes de actuar, si conectas y te comprometes, si escuchas…
Si decides destacar, no parar de moverte, hacerte visible, te habrás convertido sin duda en la manzana roja entre las verdes o en la mariquita que se sale de la fila.
Mi visión
Pienso mucho en este tema, nos encontramos en el momento del «prójimo», de mirar a lo que otro necesita, no creo en el individualismo ni si quiera en los negocios. Puede que creas que las nuevas tecnologías nos están convirtiendo en seres más independientes, menos comunicativos. Si esto te está ocurriendo vuelve a empezar y replantea todo, porque estás haciendo un mal uso de lo que tienes entre tus manos, los nuevos activos digitales han de permitirte ampliar tus contactos off-line.
Tú decides si escuchas o hablas, todo son elecciones.
Ninguna de las dos pastillas te asegurarán éxito, pero una de ellas al menos te brinda la posibilidad de acertar en algún momento y en cualquier caso de aprender y volver atrás para tomar la pastilla azul.
Sabemos mejor que nunca lo que queremos, eso es una ventaja, sólo tienes que escuchar.
Ahora te pediré que si te ha gustado este post elijas compartirlo en tus redes preferidas o me dejes un comentario dándome tu opinión sobre tus elecciones o como te convertiste en la mariquita rebelde.
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