¿Cuantas veces has pensado en montártelo por tu cuenta en internet sólo porque su inversión es asequible? tener ese único razonamiento en mente es rebajar el emprendimiento digital a un emprendimiento de baja calidad low cost.
Como decía en una entrada anterior estamos viviendo tiempos difíciles dónde a muchas personas se le están cerrando algunas vías de cara al mercado laboral, esto está empujando a desempleados que se encuentran en situaciones comprometidas a lanzarse a emprender sin conocimientos y casi sin esperanza. y esto esta teniendo efectos inmediatos. Sólo hemos de ver el incremento de creación de empresas sufrido en España en 2013 respecto a 2012.
El emprendimiento no debiera de verse como un mal menor que pueda suponer una salida digna ante un escenario asolado por el desempleo. Este debe ser una elección, e incluso yo diría que un carrera voluntaria y vocacional.
Pero el caso es que sí lo está siendo y son muchos los agentes que están empujando a personas a un emprendimiento “no sostenido”, un emprendimiento de baja calidad «low cost». Claro ejemplo de ello son las micropymes, que han encontrado en la figura de contratación de autónomos económicamente dependientes, una solución muy barata para cubrir sus necesidades de personal.
Por otro lado, nuestra forma de pensar y de consumir está cambiando, el factor precio/coste/inversión también y casi que se ha convertido en el único elemento competitivo de las empresas –mal asunto ese-. De la misma forma se está vendiendo una nueva forma de emprendimiento low cost como si se tratase de un nuevo especimen emprendedor 2.0 que no se mueve en los mercados convencionales, sino que lo hace en internet. Te cuentan que hoy día emprender está al alcance de cualquiera, que la inversión en negocios virtuales es muy baja y que podrás montar tu empresa casi sin un euro.
No nos engañemos y no te dejes engañar, emprender cuesta pasta. Emprender con un blog, por ejemplo, es económicamente muy caro, ¿que no?. Contabiliza las horas que pasas delante de tu ordenador, eso es un gran coste, un coste que no repercute directamente a tu bolsillo, pero amigo mío, te está absorbiendo tal cantidad de tiempo que te imposibilita hacer otras cosas que quizá te puedan reportar más ingresos -económicamente hablando- o simplemente no te permite realizar otras tareas más productivas. A esto en el mundo de la economía se le denomina el coste de oportunidad.
Es cierto que la web ha ampliado el abanico de posibilidades para todo aquel que quiera lanzar un proyecto, pero nada cae llovido del cielo, si fuese así no existirían esos índices de cierre de empresas tan elevados en su primer año y tampoco estaríamos en esta situación económica tan devastadora.
Lo cierto y verdad es que emprender sigue siendo difícil, tremendamente difícil y que este nuevo emprendimiento, del que ahora todos hablan, requiere de cierto conocimiento técnico, de un dominio muy profundo y especializado del tema que pretendas explotar y lo que es aún más importante, de unas dotes y cualidades personales específicas que te permitan ofrecer algo nuevo y fresco. Pero sobre todo requiere de mucho tiempo con muchísimas horas sin recibir nada a cambio.
Por no hablar de la falta de confianza a la que se tiene que enfrentar cualquiera que lanza su proyecto por primera vez; ya lo has estudiado, lo has consultado y sopesado, pero cuando llega el momento de exponerse ante los focos y salir de tu zona de confort muchos huyen despavoridos.
Si no estás seguro de lo que puedes llegar a hacer te invadirá el miedo irracional a perder lo que ya tienes sea poco o mucho, y si no cuentas con esa confianza sincera en ti mismo entonces no es emprendimiento es imprudencia o desesperación.
Cuando todo esto, además has de hacerlo mediante soportes digitales puede ser más complicado aún, por muy poca inversión que requiera, pues el componente tangible se pierde y trasmitir confianza a tus potenciales clientes a través de una pantalla de un ordenador es todo un arte que hay que conocer muy bien.
Emprender en la red no es barato, consume muchos recursos como mínimo los que estás dejando de ganar si te buscases un trabajo que te diese al menos para pagar las facturas a final de mes. Así que también es caro y requiere una gran inversión.
Resumiendo…
Emprender es emprender es igual que lo hagas off line u on line, si decides hacerlo en la web porque piensas que ganarás dinero trabajando en batín en el salón de tu casa y además gratis, sólo conseguirás trabajar, porque ingresar no ingresarás mucho.
Tendrás que invertir muchas horas de trabajo y deberás desvirtualizar tu labor. Al fin y al cabo internet es una herramienta para llegar a muchísima más gente, pero todo el mundo quiere comprar a empresas sabiendo que detrás de ellas hay personas de carne y hueso, alguien en quien confiar.
Así que no emprendas por internet porque su inversión sea baja, invierte en negocios digitales porque tienes algo nuevo que ofrecer, porque tienes una revolucionaria forma de hacer algo, porque eres un gran experto y tienes mucho que enseñar…emprender porque es “barato” nunca fue un buen negocio.
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